Chicago se encuentra en el punto de mira de un evento meteorológico potencialmente histórico, impulsado por una intensa ola de aire ártico que se extiende por gran parte de Estados Unidos. Las proyecciones meteorológicas indican la posibilidad de una nevada significativa en la ciudad, un fenómeno exacerbado por el conocido como «efecto lago».
Este efecto se produce cuando una masa de aire extremadamente frío, procedente del Ártico, se desplaza sobre las aguas aún relativamente templadas del lago Michigan. La diferencia de temperatura genera una gran cantidad de humedad que se convierte en nieve al llegar a tierra firme, resultando en nevadas localmente muy intensas.
Según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS), la combinación del aire ártico y el efecto lago podría dejar una capa blanca que la ciudad no ha visto en casi un lustro, con la posibilidad de batir récords para un evento invernal tan temprano en la temporada. Las autoridades han instado a los residentes a tomar precauciones, evitar los desplazamientos no esenciales y seguir de cerca las actualizaciones del tiempo.
La ola de frío no solo afecta al Medio Oeste, sino que también está provocando un marcado descenso de las temperaturas en al menos dos tercios del país, con sensaciones térmicas que podrían situarse entre 12 y 25 grados Celsius por debajo de lo normal para esta época del año. A pesar de la intensidad inicial del evento, los pronósticos sugieren que la ola de frío podría moderarse a partir del martes en la zona de Chicago, con un regreso a condiciones más templadas para el resto del este del país hacia el miércoles. Este episodio sirve como un recordatorio de los impactos dramáticos que el clima puede generar.
